El papel de la burguesía
Los burgueses,
nombre que se dio en la edad media europea a los habitantes de los burgos (los barrios
nuevos de las ciudades en expansión), tienen una posición ambigua en la Edad
Moderna. Una visión lineal, que tome como punto de llegada la Revolución
Burguesa, les buscará emplazándose a sí mismos fuera del sistema feudal, como
hombres libres que, en Europa, se hicieron poderosos gracias a la creación de
redes comerciales que la abarcaban de norte a sur.
Ciudades que habían conseguido una
existencia libre entre el imperio y el papado, como Venecia y Génova,
crearon verdaderos imperios comerciales. Por su parte, la Hansa dominó la vida
económica del Mar Báltico hasta el siglo XVIII.
Las ciudades eran islas
en el océano feudal, pero el que la burguesía fuera realmente un disolvente
del feudalismo, o más bien un testimonio de su dinamismo, al crecer con el
excedente que los señores extraen en sus feudos, es un tema que ha discutido
extensamente la historiografía.

La diferenciación entre burguesía y campesinado es
aún más significativa, pues fuera de las ciudades es donde vivía la inmensa
mayoría de la población, dedicándose a actividades agropecuarias de muy escasa
productividad, lo que las condenaba a la invisibilidad histórica: la producción
documental, que florece de forma extraordinaria en la Edad Moderna (no sólo con
la imprenta, sino con la fiebre burocrática del estado y de los particulares:
registros económicos, protocolos notariales...) es esencialmente urbana. Los
fondos de los archivos europeos empiezan ya a competir en densidad de fuentes documentales con enorme ventaja
frente a los chinos, de milenaria continuidad.
También puede verse a la burguesía
como un aliado del absolutismo, o como un agregado social sin verdadera
conciencia de clase, cuyos individuos prefieren la "traición" que les
permite el ennoblecimiento por compra o matrimonio, sobre todo cuando la
ideología dominante persigue el lucro y santifica la renta de la tierra.Su
papel como agente revolucionario había ocasionado las revueltas populares
urbanas de la Edad Media, y continuará vivo pero errático en las de la Edad
Moderna, algunas teñidas de ideología religiosa, otras de revuelta antifiscal o
incluso de motines de subsistencia.

En otros continentes, la
caracterización social de una clase definida por su actividad urbana, su
identificación con el capital y la condición de no privilegiada, es mucho más
problemática. No obstante, se ha aplicado el término en Japón, cuya formación económico social ha sido
asimilada al feudalismo, y con muchas más dificultades en China, aunque las interpretaciones de su historia están
muy vinculadas a posiciones ideológicas.
Las exploraciones patrocinadas por
las monarquías europeas (en Portugal, el caso precoz de Enrique el Navegante), y protagonizadas por
personajes como Cristóbal Colón, Juan Caboto, Vasco de Gama o Hernando de Magallanes, se aventuraron en mares
desconocidos y llegaron a tierras que eran desconocidas por los europeos,
aprovechando una serie de mejoras náuticas: la brújula y
la carabela.
La relación que el espíritu individualista y la búsqueda la fama pudieran tener
con los valores burgueses no es tan clara: no supone ninguna novedad desde
tiempos de Marco Polo y tiene posiblemente más relación con el
espíritu caballeresco y los valores nobiliarios de la baja edad media.
Hecho Por: Joaquín Márquez
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